(Para Hélder Júnior)
Soy
roca
para
que te aferres
una
mañana de tormentas.
Soy
albatros
con
el corazón repleto
de
abrazos y horizontes
para
que vueles un año
y
más sin necesidad de
acantilados
o puerto.
Soy
como tú, luz
blanca, nítida tierra
de
la que emanas vigoroso.
Soy
uno
de los caminos
y
por ellos pasarás
pasarás
por la vida pasarás
por
todos los afectos
pasarás
por la muerte
y
habrás ganado un día
la
identidad que el amor
te
ofreció, la luz de mi nombre
la
luz del tuyo propio
la
nitidez de una lírica renovada
y,
al final del recorrido, árbol
de
nuestro jardín, tronco y rama
de
una misma geometría.
En
el concierto final de la tarde
mientras
las alas de los cuervos
convocan
la inevitable oscuridad
soy
la
vida que renace en un cuerpo nuevo
atado
al pecado, soy
tu
abuelo haciendo barricadas
con
mis libros esperando
ansioso
tu despertar a la lectura
como
un verano de infancia portuguesa.
Somos
en
el tren de acceso a la vida
río
manso y torrente impetuoso
en
la certeza del círculo, tu enarbolando
escudos
y banderas
yo
reclinado
en
estas páginas esperando
tu
irrupción en el mundo de los celtas
con
un poema tendido al sol.
Salamanca
16/11/2015
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