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10 septiembre, 2022

 Guardo la mejor palabra

para renunciarme

y subir a la devoción moral

de la distancia sin llanto.

En vano me fuerza el verbo,

en vano medito el caso.

Todo es una muerte plausible

entre la piel y el insomnio.

 

En vano me escucho

si no quiero recibirte,

en vano me persigo

si no hay pies que me alcancen,

si el miedo a la verdad

es un inútil pintalabios.

25/01/1983

Salamanca

 

09 septiembre, 2022

 En vano me nacieron los ojos

del color de la prisa.

Inútilmente volví a la tierra

en pos de una mujer ausente

porque entre la lluvia y el barro

llorando me sorprendió

la muerte un grito de metal.

25/01/1983

Salamanca

 

08 septiembre, 2022

 ¿Y si quererte

con la piel desnuda

es un metal fundido

entre los labios del mar,

si no hay distancia

más que en el fuego

y la razón es una mariposa

vertical en la seda

rígida de los mascarones?

 

A esta hora de la tarde

todo son crisálidas

y no sirve arriesgar la voz

allá donde los planetas

gritan bajo el peso

del hombre sonoro

y unos pedacitos de mujer desnuda

rasgan la noche

como estrellas fugaces.

 

Esta es mi raza,

la herencia podrida

que me negó la niñez.

 

Ya no puedo acordarme

de cuando tenía sesenta años

y memoria.

 

Retrocedí

en el futuro de las cosas

y todo había vuelto a empezar:

vestidos de piedra

ahuyentaron a los alfareros

y dejé de ser

para que de nuevo me crecieran

las lágrimas hacia dentro.

24/01/1983

Salamanca

07 septiembre, 2022

 Piedra sobre piedra

he construido la inmaterial

razón de mañana

y otra vez presentí

un vestido blanco

y un exilio de seis años

y un olvido sin rencor.

Pero bajo el silencio

de ese lobo que me acompaña

se sienta a la mesa

de la casualidad

una venganza limpia

donde sólo yo

he de brindar

la contraria despedida

que te amargue la muerte.

24/01/1983

Salamanca

 

06 septiembre, 2022

Segunda lectura

 Me susurró la noche

el cansancio de la palabra

y se me llenaron las manos

de vejez y distancia

para amarte como hombre.

Y ahora me duele el vértigo

y me lloran las suelas

de habitar periferias

y edificar la muerte

detrás de los juramentos.

 

Hacia esa ruptura de la carne

me entró el odio soñador

y entre un libro y una espada

se me perdió la risa

para encontrarte seis años más tarde

y saber que también por ti

pasó el tiempo arañando

con zapatos de soledad.

24/01/1983

Salamanca

[La palabra en vano]