¿Y si quererte
con la piel desnuda
es un metal fundido
entre los labios del mar,
si no hay distancia
más que en el fuego
y la razón es una mariposa
vertical en la seda
rígida de los mascarones?
A esta hora de la tarde
todo son crisálidas
y no sirve arriesgar la voz
allá donde los planetas
gritan bajo el peso
del hombre sonoro
y unos pedacitos de mujer desnuda
rasgan la noche
como estrellas fugaces.
Esta es mi raza,
la herencia podrida
que me negó la niñez.
Ya no puedo acordarme
de cuando tenía sesenta años
y memoria.
Retrocedí
en el futuro de las cosas
y todo había vuelto a empezar:
vestidos de piedra
ahuyentaron a los alfareros
y dejé de ser
para que de nuevo me crecieran
las lágrimas hacia dentro.
24/01/1983
Salamanca
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