Guardo la mejor palabra
para renunciarme
y subir a la devoción moral
de la distancia sin llanto.
En vano me fuerza el verbo,
en vano medito el caso.
Todo es una muerte plausible
entre la piel y el insomnio.
En vano me escucho
si no quiero recibirte,
en vano me persigo
si no hay pies que me
alcancen,
si el miedo a la verdad
es un inútil pintalabios.
25/01/1983
Salamanca
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