Porque me sorprendí
las manos de renuncia
creí ver en la
exigencia callada
el derecho a ser
poeta
y entre unos versos
y la caricia del amor
supe que la muerte
viene todas las
tardes
y nunca me pidió
un labio desigual.
25/01/1983
Salamanca
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
Porque me sorprendí
las manos de renuncia
creí ver en la
exigencia callada
el derecho a ser
poeta
y entre unos versos
y la caricia del amor
supe que la muerte
viene todas las
tardes
y nunca me pidió
un labio desigual.
25/01/1983
Salamanca
Vanidad de
los débiles
este crucigrama de silencios,
fútil suicidio de la palabra:
nada me obligó a cultivarte
y tienes cuerpo de mujer,
como un surco hambriento.
Hoy me sobra un jersey de luna
y prefiero la desnudez
de cualquier fracaso
para desentrañar la noche.
25/01/1983
Salamanca
Mañana
leeré en tu vacío
el aguacero de mi presencia,
oh muerte de vanas palabras.
Pero hoy desoigo las vitrinas
de esta calle insubstancial
y paseo descalzo mi imagen
por la enésima raza
de los soñadores sin razón.
25/01/1983
Salamanca
Vano sueño
este de la palabra
vestida de futuro
rencoroso y solitario.
Vano papel
de laureado margen.
Vano yo
si de una noche
de ritos imposibles
no me nace
la piel tranquila
y me duermo
bajo los muslos
de un calendario cruzado.
25/01/1983
Salamanca
Mañana te
explicaré en vano
este triunfo sobre mí,
por qué la muerte anduvo de noche
arañándome la piel
y se dejó los ojos
entre una lágrima
y un beso
y
se dejó
la prisa y la espada
entre la duda
y la fertilidad.
25/01/1983
Salamanca
Infundado lamento
el que me nació del
humo.
Vana muerte
presentida:
si de una palabra
me brotó un renuevo,
de una espada me
seguirá
una queja
un aplauso
y
un aguacero tranquilo.
25/01/1983
Salamanca