¡No hay palabras!
Casi es una fotografía
esta acuarela total
y sin embargo no entiendo
el por qué
el empeño
la reiteración
de una caricia agria
que la desdibuja
y desprecia,
que la enmarca después
para volver a la paleta
y a la adoración de lo nada
hecho.
Quizá son las uñas cortas
la imposibilidad del desgarramiento
o tal vez la prueba ritual
de que por encima de todo
pensar en lo probable
es la mentira.
Pero en todo esto
hay algo diferente
grandioso
puro
femenino
a dúo
total.
18/11/1982
Salamanca
[Libido acústica]