"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
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07 enero, 2022
TRENES QUE NO SABEN SOÑAR
06 enero, 2022
LAMENTO ANTE UN CUADRO DE CECILY BROWN
¡Cuánto mejor no sería
que tus cuatro
esquinas abrieran sus fauces carnalmente
animales y mordieran mi ojo con saña
poniendo en la retina seductores espontáneos
y ominosos fragmentos carnívoros!
¿DE QUÉ TRATAN LOS POEMAS?
Un poema puede
hacer reír.
¿Y llorar?
¿Puede hacer llorar?
04 enero, 2022
¡LOS DEMOSTRATIVOS QUE PERMANECEN... O NO!
N |
o tengo ni una vasta cultura
vivencial, ni una amplia sabiduría libresca. Pero, ¿acaso hace falta llenar las
páginas de referencias, de lugares (comunes o propios) para desarrollar la
–diría casi única- actividad que verdaderamente me gusta?
Evidentemente
puedo llegar a echarlas de menos, sobre todo cuando al entreverme por la
ambientación o descripción de entornos de algún relato me salgo de la memoria
confusa y penetro en los intrincados laberintos de la imaginación. Es entonces
cuando necesitaría revolver los anaqueles polvorientos en busca de cimientos
para eso que llaman verosimilitud.
Dejando aparte
la cuestión de si existe o no dicha verosimilitud, de si –de existir- se halla
en estado puro o es pura aleación, ¿realmente es necesario introducir algo de
verdad entre las líneas?
Recuerdo que al
principio de empezar a escribir me costaba enormemente disfrazar los nombres
reales con nombres que, al principio, no dicen nada, pero que luego pasarán a
ser los Nombres de personajes hechos
de mitades, de infinitas teselas, como aquel monstruo.
Superada esa
fase, el collage se hizo más fácil.
¿Qué pensaría mi madre si leyese algunos de los relatos de Arraya? ¿Su mediatización le haría negar rotundamente, mirarme
perpleja y decir, talvez, “Esto no es así”?
¿Pero qué
importa si para ella no fue así?
Ahora ya es de
este modo, o de cualquier otro, porque “Esto”
no es estable, como tampoco lo es “aquello”. Así son los demostrativos, inestables.
Y debido a esa
condición de inestabilidad he de proponerme no corregir tanto, no utilizar
tantos borradores, llamadas, envíos arriba y abajo porque, seguramente, al
final, acabaré yo también exclamando “¡Esto no es así!”
De todas formas mi madre lee poco o al menos no a mí.
[Los viajes entretenidos] Salamanca, 22/04/1988
03 enero, 2022
ALAMBIQUE DE ENIGMAS
Una noche de invierno
destilando
discursos al amanecer encontré palabras
madrugadoras como los buenos días;
palabras moderadas, incapaces de herir
o de poseer un libro por completo;
palabras verdes y oscuras como tus ojos,
como las hojas verdes de los
magnolios que tanto adoras;
palabras fieles que responden a la primera llamada
como acuden las palomas a tus manos
y a los almendros;
palabras
gelatina que se estremecen
cuando las toca tu lengua cándida;
palabras oscuras como las noches
irrecobrables cuando el olvido
derrama sobre ellas su complacencia;
pirotécnicas palabras que arden
sobre los pináculos de la catedral
ofreciendo etéreas palmas a los estorninos
y cigüeñas;
palabras
remolino
que engullen todo cuanto gira
en su círculo;
palabras
que invaden
países y las arenas del desierto;
trágicas, conmovedoras palabras tardías
expulsadas de los banquetes y de los diccionarios;
palabras siempre por venir y palabras
que ya no volverán, raptadas
por el viento y su ignominia.
Pero no hallé
la
PALABRA
perfecta para hablar de ti,
para decirte y hacerte
en un solo poema
carne oral de los Milagros,
amor, patria, casa donde todo
se salva.
Cuando las
palabras
se apagan en la noche,
no quiero otra cosa que la alquitara
de tu piel alambicando mi oficio
para, en una breve libación,
sorber el eco arrebatado
de tantos encuentros,
sin palabras.
02 enero, 2022
UN DÍA DESPUÉS, 24 DE FEBRERO
E |
scucha! Voy a contarte que he visto por las calles hombres uniformados y oído rumores en las aulas. Pero todavía es un secreto que no sé si ha de interesarte. A lo mejor sí, y, como a mí, hasta te da miedo y escapas por alguna frontera con una radio pegada a la oreja. Si eres de esos, te aconsejo que antes borres de las paredes las pintadas de tu último amor, porque también me han contado que a los señores de bigote que anteponen el “se” al imperativo de sentarse no les gustan los que publican impunemente, con nocturnidad y alevosía, sus inclinaciones platónicas.
[Los viajes entretenidos] Badajoz, 24/02/1988