de la impunidad nos lleva sobre las olas
hacia una Cólquida remota
y vigías atentos vamos
reuniendo gestos, recortes,
fragmentos amarrados a una
noche moribunda, con las palabras
encadenadas a la caligrafía
para no sucumbir a los desordenados
sentimientos de la voluntad.
Llevamos los oídos atentos a las confesiones
y los labios prestos para la sinceridad
y la convicción geométrica de que resistiremos
los gritos de las mujeres en peligro
con nuestro propio canto.
Los días
y las noches se irán reiterando
sin desesperación, con los ojos
enrojecidos de buscar en el horizonte
las encantadas playas de Esqueria,
avistando aquí
y allá un ahogado familiar enfermo
de deseo. Estamos llegando.
Ahora ya las sirenas aplacadas y
victoriosos sobre ese mar remoto
de incógnitas aguas desgarradas por el temporal
asistimos al ocaso disputando a la
muerte sus sombras.
Cuarenta y
cuatro años malgastando la vida
en busca de un irreal canto engañados
y confundidos por los dioses arribamos
en esta nave precaria y desarmada
al mismo muelle del que partimos.
Nadie se acuerda de nosotros. Tampoco
yo recuerdo cómo éramos en aquellos días
en que las hojas eran apenas lamidas
por la llama.
Hemos llegado
hasta aquí descalzos sabiendo
que los hombres no son geométricamente perfectos
y que la poesía traza sus propios límites.
Traemos las bodegas medio vacías
felizmente moduladas por algunas músicas
y pocos objetos a los que hemos dado alma.
Traíamos la firme
decisión de entregar nuestro destino
a su legítimo dueño pero en casa
sólo hallamos un silencio destejido
y una silueta de ausencias cansadas de esperar.
¡También a los héroes les falla el corazón!
Con el tiempo nos acostumbraremos a todo a mirar
serenamente más allá del horizonte donde
las olas tejen sus intrigas
sin amarguras buscando el
estremecimiento en la luz diaria, en la piel
arrugada, en los versos compuestos
durante tantos viajes, en los agradecidos ojos
de Ligia una vez rendida su flauta
y en tantos reinos encantados como
la imaginación fue capaz de visitar
mientras la vida va poco a poco