Diez y veinte:
aguardo el carnaval
que en la noche se disfraza.
Es una manzana, quizá dos
tentaciones en una
misma máscara.
Una de la madrugada:
apenas la piel mordida
de la noche sabe
a cansancio.
Quizá
peque mañana y sea
definitivamente expulsado
de esta autonomía.
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
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22 enero, 2022
LA MÁSCARA
21 enero, 2022
¡CÓMO ENVEJECEN LAS PALABRAS!
A veces, en un
descuido,
también yo pierdo
un trozo de carne,
adjetivos fracturados,
despersonalizados pronombres
de escasa luz sobre los que es difícil
vencer, verbos sin movimiento
que apenas proyectan el esbozo de una huida,
palabras que se yerguen
sin esqueleto ni epitafio.
Y no apetece volver atrás…
… a recoger informes vocablos.
Inevitable es la voz cansada,
torpe el labio que tembló
y no retuvo las sílabas
convencidas.
Así
se va diluyendo el discurso
de aquél que era
y hoy apenas escucha
cómo envejecen las palabras.
20 enero, 2022
POEMA PARA LA DESTRUCCIÓN DE LAS FORMAS
Guardo en los bolsillos pudores
y hojas
de avellano para cubrirme
los ojos, quizá los dedos
doloridos si el tacto
me tentara.
Guardo un sólo cuerpo,
una sola luz, solamente
un tiempo para la plenitud.
La luz no consigue disipar
las sombras que guardo
en este todavía Enero.
Hace frío y someto las manos
a la carne, estrecho
su interior, allí donde
las formas aún
luchan por su existencia,
donde la erosión aún no hostiga
la piel, donde aún sobreviven
los estigmas.
Una mujer acerca
su cesta de mimbre
y su resignación. Dentro
va a la deriva
una catedral entre la niebla
y la letanía de su arenisca olvidada,
un libro de familia cuyas hojas
se repelen, un descuido
convertido en nombre doloroso,
hiriente casi en todas sus sílabas.
Pasa y ofrece un pecho
al espectador desnudo,
quizá un río blanco
de sufrimiento
en el gesto, quizá
una ola erguida, masculina,
en su cadera insistente.
Y cuando llega al final
de la arcada, cuando
cree que nadie mira,
salta sobre su sombra
y se aleja… Victoriosa.
19 enero, 2022
CREER EN AMÉRICA
Nosotros, el pueblo, decidimos
si las palomas de neón deben posarse
sobre el espejo de las hipocresías.
Con nuestras manos condenatorias e indulgentes
hacemos apóstoles para cualquier cena,
sometemos las palabras a un estado de excepción
en nombre del renacimiento de la libertad
o abanderamos la lucha de los sentidos por sobrevivir.
En tiempos de hombres descomprometidos
y naciones escépticas nosotros
paliamos las sequías de espíritu
con una lluvia de globos de colores
y huracanes de confeti, y coronamos
las madrugadas más oscuras y abismadas
con antorchas, con faros que ahuyenten
las noches de violentas geometrías.
Nosotros, el pueblo, prometemos
el agua y el pan sin engaños, que
el sol no se detendrá hoy en su camino
y bálsamos para las llagas de la existencia
capaces de exhumar la verdad y los signos
de humanidad que aparecen debajo de
la piel áspera de los combatientes.
Nosotros no somos
ajenos al dolor y a la injusticia
y hemos gastado parte de nuestra anatomía
buscando rincones temporales para curar
las cicatrices de la ciudad antes
de precipitar las horas en cada vértebra.
¿Hemos fracasado?
¿De qué pecados
que no hemos cometido
seremos acusados al amanecer?
¿Tampoco tendremos odios
ante el grito constante de todas las cosas
menores?
¿Y si a nuestros pies,
sumisos, nos quedan, apenas,
las pesadillas de la ignorancia?
Tal vez cuando el día
sea un poema aún
germinando,
nos quede el humano
consuelo de saber que el pueblo
disfruta también de los manjares de Holliwood.
18 enero, 2022
LUCRECIA SE ESCRIBE CON I LATINA
Por una vocal hi-
riente en tu pecho, allí
donde la mi-
rada dolori-
da se demora i
descansa sin rubor ni
pecado, olvi-
dada y absorta en su violentí-
sima ternura…
Por una hoja de avellano que tí-
midamente rasga en su caí-
da incrédulos si-
lencios y hace caer sobre tí
todos los soni-
dos desgarrados del imperio…
Por tu suici-
dio ante toda la fami-
lia, porque yo lo quiero así,
a esta hora en que Venus
se asea el amor sentada
sentada a la luz
de la madrugada que declina
en los jardines de algún poeta...
Hoy expulsaremos algún rey,
pero no me pidas que explique
por qué he sido benevolente
con Sexto Tarquinio.
17 enero, 2022
DIÁLOGO (MONOLOGADO)
(Para Luis García Camino Burgos)
Habla conmigo esta
tarde, de lo que quieras:
de las escenas que nos van quedando en la retina sentimental
o de las emociones que habitan el recuerdo.
Pero mejor no entremos
a estas horas de la vida
en la ridícula pedantería de recordar.
¡Un hombre que sólo tiene años
y momentos amargos es un hombre
en primera línea de la nada!
A veces tampoco
yo me reconozco en este
cuerpo más fofo y castigado
y el espejo aleja más el espíritu
joven de los días caducos.
Y, sin embargo, cada mañana
se reinicia el viaje, adormecida ya
la aguda conciencia de muerte
que suele acometer por las noches.
¡Y el barco zarpa!
Con sus inmensas sirenas
¡Bu, bu,
buuuuu!
respondiendo al reclamo de los oficios
cotidianos. ¡Bu, bu, buuuuu!
Es cierto que en casa queda apenas
su vacío el resto de la mañana.
Y, si fuera la tarde, un mes,
un año y su desconsuelo, el último
barco, quedarían las gaviotas, las
cosas buenas y las cosas terribles
y las infinitas postales
humanas que trae el oleaje.
¡Bu, bu,
buuuuu!
La espada está
aquí,
es cierto,
y en cualquier
momento puede
caer
sobre la deformada bizarría del alma.
Pero solos
o refugiados
en nuestros rincones íntimos
compartimos
las mismas plazas y calles,
los mismos bosques y playas del norte
y en nuestros abrazos libres
se diluyen las dudas que corroen
el corazón de los poetas
y los destruye.
Henos aquí,
en esta Salamanca de piedras
azucaradas, mientras la tarde
derrama cigüeñas sobre
los pináculos de la catedral
y nos golpean
los ojos como un desengaño:
la naturaleza
humana
es igual en todas partes
y nosotros no somos árboles.
¡Somos jirones de un verso
que completa la vida!
16 enero, 2022
Personas vagan
perdidas
abandonadas a los
perros del
otoño que
ladran ya cercanos.
Noches brotan
agresivas
de las muñecas
invocadas por
una daga extenuada.
Algunas conocen
versos
terribles,
otras
bebieron apenas
la saliva escasa
de un amor cuidado
con sólo amor