A veces, en un
descuido,
también yo pierdo
un trozo de carne,
adjetivos fracturados,
despersonalizados pronombres
de escasa luz sobre los que es difícil
vencer, verbos sin movimiento
que apenas proyectan el esbozo de una huida,
palabras que se yerguen
sin esqueleto ni epitafio.
Y no apetece volver atrás…
… a recoger informes vocablos.
Inevitable es la voz cansada,
torpe el labio que tembló
y no retuvo las sílabas
convencidas.
Así
se va diluyendo el discurso
de aquél que era
y hoy apenas escucha
cómo envejecen las palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario