Qué
extraño griterío
este que me lleva
a no escucharte!
Tú debieras ser la voz
que convoca los vientos
y eres la callada brisa
que acompaña mi sangre.
11/03/1983
Salamanca
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
Qué
extraño griterío
este que me lleva
a no escucharte!
Tú debieras ser la voz
que convoca los vientos
y eres la callada brisa
que acompaña mi sangre.
11/03/1983
Salamanca
Con cada sueño
el mundo gira y avanza,
pero para el hombre
no existe el tiempo.
9/03/1983
Salamanca
Me traslado en equipaje y sueños
al útero de la
mentira
y dejo de ser yo
para ser yo de hierro
pardo.
Cuando me veas llegar
vestido de fantasía,
despiértame las
venas.
¡Será la hora de
amarte!
8/03/1983
Salamanca
Jamás
desperté cansado
de esta lucha de ojos abiertos.
Nunca me dolió tanto la piel
que no quisiera paladearte el
desconocido.
Y hoy una mujer de tu sangre
me ha llenado los hombros
de fatiga y desterrado la voz
de tu casa y su presencia.
8/03/1983
Salamanca
Te redimo
del agua,
sirena ladradora;
te devuelvo a los ramajes
de agosto dormido,
porque ese es el aire
que tu piel necesita.
7/03/1983
Salamanca
(Para Ana Mª Sánchez)
Escríbeme
al barro,
que yo te escribiré al vientre
sumiso de la tarde
donde oscurece y cae en el mar
el beso de mi patria sonora.
Si puedes amar un barrio
de calles estrechas
y hacer del Tajo tu cintura,
entre Lisboa y el agua
también yo te pertenezco.
Pero una noche,
cuando sientas bullir la voz,
acudir a las ingles del fado
todos los adjetivos de luto
para invocar mi nombre
y veas venir el alba
sentada frente al tiempo,
te darás cuenta
que el idioma de otros labios
nos separó la piel para siempre.
Yo me habré ido
tal como vine:
con los mismos nueve años,
sin saber nada del mundo,
atado a esta mujer
de pétalos afligidos
y al amor eterno
de su palabra y mis manos.
27/02/1983
Salamanca