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03 junio, 2022

 ¡Le repito tantas veces

la luz de la razón

y dejo sobre su ventana

tantos ramos de paciencia!

Sofoco su tristeza

con acequias sonrientes

y aprieto sus cuatro esquinas

con el ánimo de mi abrazo.

Desmiento para él los relojes

le acerco la distancia

con un pulso de recuerdos

y le hablo de senos propios

de regresos constantes

de eternidades azules

y de imposibles repeticiones.

Pero, ¿cómo convencerlo

de que cada partida

cada viaje imprevisto

no es otra noche insomne

otro cuchillo serio

que arrastra a la soledad?

 

Si me mira

                                    con sus ojos

de sensitivo maduro

poblados de columnas

donde el llanto es una yedra

prometida al surco

de las caracolas marinas

callo sin reproches

porque es mío, amo y señor

de mi huella.

                                    Juntos hemos

recorrido ese brote

nacido del estío

y padecido sed en las tinajas

caprichosas de la lluvia.

Hasta aquí he arrastrado

su pálpito canoro

y llevado sus maletas

por las fronteras del labio

donde un papel azul

pintó de limones sus alas.

Hasta aquí me ha traído

su orgullo de campana

insistente, su redoble

de fuego o ternura

y paseado mis pupilas

por mares femeninos

y ramajes incoloros.

 

Y varados ahora

entre un diminutivo

de ojos verdes

¿cómo puedo consolarlo

si también a mi

la arena me lame los pies?

¿Cómo trivializar para él

este ancla posesiva

si es a mi fondo

al que se aferra?

¿De qué manera obligarle

a la risa del aire

si somos la misma piel

y todas mis células

enmudecen si tu no estás?

02 junio, 2022

 Yo sé que el viento

regresa todas las noches

y dibuja lunas distantes

en los mármoles del sueño;

que trae las manos tristes

y un tacto de amapolas,

quiméricos los ojos

y la voz temblorosa,

que arrastra a los grillos

bajo las fuentes y allí

hace sinfonías del aire.

 

Pero desconozco el índice

que me llevará a tu página

y no sé qué verbo te despierta

ni qué movimiento te rige.

 

Sólo sé que amo tu órbita

y no hay en mi aventura

eclipses que te cieguen

ni noches que no te sueñe.

01 junio, 2022

 Imagina que aún es Junio de aquel año

y que mientras me abres la puerta de tu casa

con aquellos calcetines blancos nuestro amor

no es más que un poema germinando al atardecer.

 

Supón que aún no amo la hermosura

efímera de tus arrugas y que hasta tu vello

es alimento para cualquier avidez,

que paseamos por una plaza de desvalidas verbenas

gozando el prohibido contacto de nuestras manos

entrelazadas y que nada nos importa el sordo ruido

de los cuerpos al cruzarse con nuestro amor

en los paseos dominicales.

 

                                                 ¡Imagina!

 

¡Todos los meses que vengan

después serán pequeños!

31 mayo, 2022

 Qué pájaros te pueblan los ojos

mientras me niego el descanso

y vuelvo raudo a los altares del humo?

Un ala tremenda se cierne

sobre el umbral de la distancia

para escuchar con su filo

el pálpito de mi corazón.

 

Puedo, si quiero, latir

como los remotos tambores

que hicieron sonrojar bayonetas

y acallaron la frágil conciencia

de los cañones.

                                    Y resisto sin embargo

en las trincheras del silencio

para no respirar relinchos

o no ingerir la metralla de la discordia.

 

Un día tendré alas como las tuyas

para acompañarte en todos los vuelos,

habré desterrado los pronombres

y escrito por los árboles que resisten al tiempo

un rosario de fechas y caracolas.

 

Entonces subiremos a las altas cumbres

para gritarles a los lobos de la luz

que la luna se llama diminuta,

que es la sombra anudada de un reloj

la que desterramos de nuestras manos

y que el aire en el aire con su boca dibuja

apenas una sonrisa de amapolas

cuando la locura es la rúbrica de mis labios.

30 mayo, 2022

En una incomprensible felicidad

he abrazado a mi enemigo.

Muerdo sus ojos después del amor

no para preludiar ese pasado

con aquellas pupilas de matar

sino para brindar con su iris

el horizonte descubierto.

Su cuerpo tiene ahora otro nombre:

es un posesivo distante

de piel incolora o arco iris total

que reclama mi entrega

mientras la gravedad de la duda

pacta con mi prisa negada.

 

Porque en cada beso yo soy él

y en todas las puertas me llama

cruzo las aduanas del acero

y declaro las cicatrices de su huella

sin que un coágulo de rencor

me sorprenda la garganta.

Porque soy el hombre de la ciudad

desoigo los semáforos del llanto

y dejo atropellar mis encías

cuando más lento es su equipaje.

 

Voluntariamente soy tu sombra

y sacrifico en los altares.

Caprichoso me niego el orgullo

y espero tu marea baja

para hacerme señor de las olas

para desplegar mis velas

en los recónditos anocheceres

de sus verdes umbrales

y erigir mis banderas

en sus trémulas cumbres.

 

Pero te condeno al exilio

del recuerdo, de los buenos recuerdos, sí,

porque formas parte de su piel.

Pero he de robarte todas las eléctricas farolas

y substituirlas por la luz de una vela

para que la sombra que proyectes

no la arrastre nunca a la añoranza.

29 mayo, 2022

 Quisiera vivir así

en piedra

siempre en piedra

eternamente impalpable

por la lluvia de febrero

o por las palomas

de ojos ahogados...

 

no sentir las guitarras

que hoy me preludian...

 

no sentir las caricias

que me hace formar parte de ti...

 

ser insensible a tu voz

a tus manos, a tus labios

a tu piel toda.

 

Quisiera vivir así

ausente

                       siempre ausente

lejos incluso de mí mismo

para no tener miedo de algún día perderte.