Translate

12 marzo, 2022

 Tu no tienes perro!

Por eso ladras

a los adjetivos y finges

ceñirlos con cáñamos

lúgubres e impuros cueros.

 

La revelación que un día te llevó

al desierto para velar las armas

era un espejismo andante

de zafio caballero iletrado sin saber

que las ideas no son de nadie,

que lo esencial es

creer en la sanación

del cuerpo, del alma,

del pan de cada día...

 

¡En que juegos se enreda la carne!

 

¡Ahora arriban los curanderos y sanadores!

 

Ladrando en jerga de idólatras

reconocen la enfermedad inmunda,

el mordisco del perro que no tienes,

las convulsiones obscenas

y en las alcobas sórdidas

la opresión del aire que va

ocupando el mundo con su rabia

ordenada y mediática.

 

La única

verdad es que "los hombres

se mueren y

no han sido felices",

que tu no tienes perro,

que el mar continua en su sitio

(no ha venido a lavar las afrentas)

y que tu vida sin Dios,

Él, que te hizo piadosa

carne,

es una disputada lucha

con las palabras.

 

Para su gloria se alzan las torres,

o se derriban,

mientras a las puertas

de una clínica de Buenos Aires

la gente forma pirámides desnudas

y canta su raíz personal y amorosa.

 

¡Cuando se tiene un Dios tan incondicional,

¿dónde están los límites?!

11 marzo, 2022

LAICA VII

 

Ládrame el monte

y este río sin sexo,

para que en tu voz

pueda copular

el cántico que el agua

no supo acariciarme

cuando niño.

10 marzo, 2022

LOS OTROS

 

Yo camino por la derecha.

Los otros vienen de frente.

Es casi

imposible no reflejarse en sus ojos

y a veces

chocar

con la metafísica

de su otredad.

09 marzo, 2022

LAICA VI

 

Otro cigarro y tú,

perra de agua,

otro abrir los ojos

y ladrarme el día.

Otra muerte que me huyó

y tampoco estaba ella

para acunar mi piel

en su útero de luna.

08 marzo, 2022

LAICA V

 

Volvió a sonar el río

en esta noche insomne

y después me olvidaba de decirte

que la nieve que me cubre

es la misma boca

que te besa el recuerdo.

07 marzo, 2022

 

Qué antorchas

iluminarán este desconcertado

y brumoso presente?

¿Qué cánticos sofocarán

el crepitante ay de los vencidos?

¿Qué cimbel aislado de si

mismo podrá en su señuelo

prender otra vez alborozadas

golondrinas?

 

            Los cuerpos

se nos han vuelto duros, secos

y exigentes en esta trivialidad

constante y fatigosa de vivir

veinticuatro horas aún

no domesticadas.

 

            Y azotados

por versos y trincheras nos falta

musculatura para sostener la atrocidad

de la mañana.

06 marzo, 2022

LAICA IV

 Te quiero dolorida

y ahogada ladrando,

pero arroja de tu cuello

esa piedra

que me roe

el sueño y el alba.