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03 febrero, 2016

Todas las carencias que imaginaste
antes de coger el tren del exilio
se arremolinan aquí en el vaivén
de las olas sin cálculo tercas
maridando arena y piel desgastando
los mapas de aquellas otras
vidas que habrían podido ser.

No recuerdas si te gustaba
la música, cualquier melodía
que hubiera convertido este nefasto
debut en un extraordinario viaje
de complicidades, de sensuales
detalles. Todo se reduce al amor
truncado  en esta nueva frontera
y al olvido porque muriéndote
aquí en este desembarco malogrado
ya nunca podrás abrazar
el universal sentimiento de sentirte
extranjero en alguna parte
de nuestra tierra.

26/01/2016

Salamanca

NEXT STOP


El autobús número cuatro canta
en inglés los nombres de las calles
salmantinas mientras yo busco
a mi lado sonrisas perdidas
y argumentos que confirmen
la rotación del mundo y de
los astros, descartando en principio
los dados o cualquier azar
moral. Pudiera ser que algún
viajero se apeara en movimiento
en una repentina imprudencia
disconforme con el volumen del
tablero deportivo de la radio
o que en la belleza arrugada
del ocaso alguien se rebelara
y huyera de su aburrida felicidad.
Pero no
                     veinte minutos más tarde
es mi turno. He llegado
a la isla de Ea sin saber
nada de los Argonautas
pero de repente tengo los ojos
llenos de sirenas.

25/01/2016
Salamanca

EN UNA PLAYA DE TURQUÍA


Me ahogué
no sé el nombre
en una playa de Turquía
y ya no pude decirte
algunos de los versos
que memoricé al ritmo
de las olas.
                          Esos poemas
nunca crecerán, nunca
llegarán a la adolescencia
de una poesía vigorosa.
Todo se diluirá en otro
capítulo de las leyes
clásicas del decoro, en otras
tantas controversias públicas
de las tres o de las nueve
de la noche y al final
en este pozo de inmaculado
salitre condenado eternamente
a escuchar el latido de las olas
y a no envejecer atrapado
en el objetivo de un fotógrafo
irreconocible.

25/01/2016

Salamanca


01 febrero, 2016

CREO QUE SOY FELIZ

No recuerdo si llegué a conocer las bestias
o los axiomas simples de los niños de campo.
aún en la total ignorancia de los veranos
ociosos de mi juventud antes de que la tierra
se volviera redonda e ilimitada, desorientadora
creo que era feliz
                                    Sólo años más tarde rumbo
a Manaos vi los ríos inmóviles donde
todo empezó.
                                   En las aguas del Coa no había
concebido nada inquietante y aún siendo
nada y nadie o apenas el hijo de la
española, uno de ellos, aprendí a leer
su territorio, la cuenca por donde habían
de fluir los sentidos.
                                   Y creo que era feliz.
He atesorado libros y máscaras que penden
de las paredes de mi casa y me recuerdan
a todas horas todo
                                   lo que sé
                                                      y todo
lo que no me satisface y aún así
respondo siempre que me preguntan
                                                                    que estoy
bien con la convicción de que puede ser verdad,
que a fuerza de repetirlo la imaginación
podrá un día llenar todos los vacíos…
                                   Y creo que soy feliz.

41/01/2016

Salamanca