Abro la
mano, los cinco dedos,
y en esa
extraordinaria apertura
no veo
ninguna violencia,
Pero
tampoco me considero
más cerca
del gesto cortés
y
efusivo de querer aproximar
todos
los lejanos versos
que podría
acoger
en una
palma desnuda
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
Abro la
mano, los cinco dedos,
y en esa
extraordinaria apertura
no veo
ninguna violencia,
Pero
tampoco me considero
más cerca
del gesto cortés
y
efusivo de querer aproximar
todos
los lejanos versos
que podría
acoger
en una
palma desnuda
Fustigas los primeros versos
para que
el poema rezume
emoción
como las nalgas
de una
adolescente o sus tibios
muslos y
cuando por fin
una
vocal redonda o dos
se
sonrojan a punto de
llegar a
la rima
culminante
por excelencia,
las
sombras
que te
anidan en los párpados
dibujan
una vida
hecha de
indiferencias,
sin
perversas inclinaciones,
sin repugnancia.
Aún así
tienes
Ven, pasa
a este lado
del espejo
y comparte
mis otras
vidas llenas
de pasiones
desenfrenadas.
¿Has soñado
alguna vez
con
el mismo
mundo que yo?
La vida
apenas ofrece
momentos
de respiro.
Miro el calendario.
Hoy es veinticuatro de mayo.
Mañana será veinticinco de mayo.
Pasado mañana veintiséis de mayo.
Y en realidad lo que me apetece
es hablar con el pasado.
24/05/2021
Salamanca
Desde aquellos primeros versos
en que tendí al sol mi
casi adolescencia las sílabas
puntualmente
acuden cada verano
como la semilla de un alarido.
¡Y no quiero que me visiten
de otra forma!