Vanidad de
los débiles
este crucigrama de silencios,
fútil suicidio de la palabra:
nada me obligó a cultivarte
y tienes cuerpo de mujer,
como un surco hambriento.
Hoy me sobra un jersey de luna
y prefiero la desnudez
de cualquier fracaso
para desentrañar la noche.
25/01/1983
Salamanca
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