Translate

20 mayo, 2023

 Me gustaría escribir que tienes

la piel alabastrina pero

de donde yo vengo sólo

aprendí las lentejuelas del granito

y a donde voy todos los fines

son una semana de arenisca.

En el fondo

o en la superficie

me gustaría decirlo:

todo es cuestión de no tener miedo

a la arquitectura del lenguaje

y aprender otro poco

de tu morfología rocosa.

19/02/1990

Badajoz

19 mayo, 2023

 

Me duele pensar en el trigal

abatido de tus piernas,

mía velozmente y de esta ciudad;

en ti, en ti y en tus palomas

y nubes y mares y desiertos

para ser tú o ser otra.

 

Me duele sentirte enredada a las manos

y a los naranjos y a las palmeras

de las calles desnudas

como el ámbar a la piedra

en nocturnas semanas.

 

Y me hiere sobre todas

las cosas

este decir lo mismo ya dicho,

ni siquiera con ropajes nuevos.

 

Perdóname que diga

que te quiero

como un animal,

en primaveras de doce meses,

y no me dejes caer

en la tentadora letanía

de los clásicos pedestales.

No me libres de decirte

que te quiero

bordada de testigos.

 

Prefiero una hora de ofensas

sin lenguajes y desgarros

a esta selva de buitres y vello.

15/02/1990

Badajoz

[El ángel metálico]

18 mayo, 2023

 

Heme aquí solo

como la hoja que cae

del árbol en la noche,

acudiendo al diálogo conmigo mismo,

visitando ciudades

en la añoranza de otras,

recorriendo calles,

echando en falta plazas

y lunas, rozando humanidades

y a la vez lejos de los hombres

y de sus caminos.

 

Caigo de una nube

o tal vez de más arriba,

de una estrella, de una lejanía,

de los brazos de una mujer…

en la corriente, en la furia

desatada por el viento

y un otoño persistente.

 

No hay furia, ni viento, ni el vértigo

de navegar sílabas agrestes

y espinosas. No hay enemigos

ni un rencor con el que entrar en batalla.

Sólo el árbol recio erguido en la noche,

desnudando a golpes el lenguaje.

15/02/1990

Badajoz

[El ángel metálico]

17 mayo, 2023

 

Esta noche me he entretenido

en deshojar en sueños la vida que aún te queda,

en buscar tu recuerdo por los moribundos

rincones en que nos enfrentamos.

Sólo quedabas tú, tú y tu olor

desnudo de nombre, desvestido

de los meses que apreté entre los dedos.

 

Después sentí que te lloraba,

que había perdido un imperio

y salió el rey de mí

para ver cómo es la piel

de un poeta solo.

 

¡Y me cayó en los ojos el espanto!

14/02/1990

Badajoz

[El ángel metálico]

16 mayo, 2023

 

Paso el invierno

desnudo,

paso los días

en que nada ocurre

pensando en pasar

para no morirme

cuando te marchas.

 

Este carnaval

voy a disfrazar mis versos

de ausencia

para que no desfilen,

para aguardarte eternamente.

14/02/1990

Badajoz

15 mayo, 2023

 

Te escribo desde una ciudad que no es la mía,

yo que no debiera tener ciudades

porque en todas te he reescrito

a mordeduras y azucenas,

buscándote, encontrándote

y perdiéndote a cada paso.

 

Te escribo para volver a decirte del amor

de los momentos atroces

sin alguien a quien contar

las pequeñas cosas, los sin sentidos,

todas las cosas de esta soledad

arropada de gentes y de libros,

para amarte como amo

tu desnudez y mi esqueleto,

este yo al que le ladran los huesos

y el deseo como un trigal de crujidos.

 

Como un surco, como una ausencia

surges de pronto en las ventanas,

en las uñas de las palmeras,

en la naranja que se descuelga

y ya no existe el desacuerdo

con todo lo que me circunda.

 

Hasta podría vivir aquí, en esta diaria ciudad

en la que es cierto que hay naranjos

y un día nos mordimos en pirámide

uno solamente, dos, o todos.

13/02/1990

Badajoz

[El ángel metálico]

14 mayo, 2023

 

¿Por qué no? También

me gustaría ser otras cosas,

deshojarme en la obra de un maniático

o esconder el horizonte

cuando todos agitan sus pañuelos

y prodigan esos besos torpes

que florecen en sangre;

penetrar hasta donde la luna duela

y asestar un ruido sorpresivo

en los ojos de una hermana

a medio desvestir.

 

¿Recuerdas? Un día soñaste

con la destrucción de los mortales,

con exprimir entre los dedos

estampidas, sirenas y gemidos

y la ternura de una flauta barroca;

con desgajar el orvallo

de un invierno de cristales y melancolía

y que el mundo nacía de ti.

 

Al final reías como un regato

sin poder libar el sentido de la vida.

 

La lluvia esta noche parece...

otras cosas, ¿por qué no?

Y no importa que nos sorprenda

la voracidad de las ganas.

12/02/1990

Badajoz