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22 julio, 2023

 

Otra vez

paseo

errático

por las calles

de un amargo entresueño,

desnudo

porque mi piel

es como una noche

espléndida y sombría.

 

Llamo a todas las puertas

y en todas las puertas dejo

salitre,

                        me asomo a todas

las ventanas y en cada ventana

espío la púrpura del otoño

porque mis manos

son un regazo abierto al mar,

porque mis ojos

son la melancolía

de un árbol desesperado.

11/11/196

Badajoz

[El tiempo de la amargura]

21 julio, 2023

 

Mi sexo sonámbulo

acude a ti

y lechosamente

estremece

la vida

                        esta noche

de Noviembre.

 

Mis manos acuden

a ti abiertas

como cuencas:

                                    Bébeme

poco a poco

las yemas

                                    sin delirios

Penétrame

                                    físicamente

Imperturbable

                                    Adora.

 

Ya no llevo ningún Dios

en el corazón,

                                    Apenas

tú y la levedad de tu

beso,

            el breve

                        rostro

                                    de la

                                               distancia.

11/11/1996

Badajoz.

20 julio, 2023

LA COJA DE REGULARES MARROQUÍES

 

Solo en esta sala

miro hacia el final de la cuesta,

hacia lo indefinido

por donde ha de bajar

aquella coja airada de todos los días

con las manos pobladas de aspavientos.

 

¡Toda la calle es un dolor de piedra,

un gemido, una angustia,

y cuando ella se apoya en el enrejado de esa ventana

reclamando del hierro el aliento,

la firmeza para doblar la esquina,

puede verse el abismo que se abrió

entre mis ojos y sus pasos.

 

Cuando al mundo exterior

abro esta ventana,

todo se revela disforme,

como si fuese la sombra de una mujer

la que pasase sobre mi modo de mirar

la vida.

 

                        ¡Hoy se retrasa!

¡Todo es perfecto aún en su dureza

de piedra, en este imposible universo!

 

Espío la cima de la calle

y añoro ya este momento trémulo aún no revivido

en que inevitablemente

sufriré viéndola bajar el adoquinado.

 

Me pregunto el por qué

del gesto absurdo que mi mano derrama

si no hay coja ni gente simbólica que saludar.

Me consuelo, justificando que recibo

de antemano la frescura

de las mañanas en que llega

y desde esta esquina de la mesa

en que mi pie agradece el cálido

rayo que lo entibia y acalla

vuelvo a alzar la mano

como si despidiera un barco

en las tranquilas aguas de algún ensueño.

 

Concentro la atención en la lectura

de unos versos nocturnos y cuando

yergo una rima que no me desagradaba,

allá viene ella.

                                    Surge con la impronta

de los viajes imposibles y antes

que otra vez la pereza me impida,

alzo la mano y ya estoy saludando

su modo irreal de aparecer y partir.

 

¡Así me entristece la piel

esta coja de Regulares Marroquíes,

y cuando no para en aquella verja

sólo me queda un gran vacío en la mirada!

6/11/1996

Badajoz

[El tiempo de la amargura]

19 julio, 2023

 

El costado busca la lanza

mientras una nube se desgarra

y recojo espanto

en el regazo dolorido.

 

Una voz atronadora

me pide otro poema

y yo quiero acabar, pero

me resisto

y por eso esta noche

quiero contarte

por dónde he andado

treinta y tres años en tu busca.

 

Yo,

poeta,

me confieso,

como en un autorretrato

sin espejo, viajero de poca fe,

por el cielo que habitas:

entre palmeras y naranjos

ausente,

entre el Guadiana y el Tormes

navegante sin rumbo,

entre tus alas

y tu sexo indefinido

ajeno

a las nuevas del mundo.

 

Yo que en ti

me persigo,

que en tus brazos soy casi todo

sin que la sangre del mundo me conmueva,

fuera de ti soy casi nada,

tal vez incluso nada

y todo me duele y amarga.

 

Yo que por la mañana he recorrido

los trigales y mojado las huellas en

el llanto de la escarcha,

por las noches no he podido llorar

intentando transformar las sombras en un beso,

tu beso de nieve y metal.

 

Bajo la bóveda de este destierro

detesto la flor del azahar;

ni la jara endulza

el espacio violento que nos separa.

 

Así he pasado por la tierra,

nueve años con sus noches,

huyendo de las travesías

gracias a mejores

y nuevas circunvalaciones,

como un torrente nocturno

ajeno a la sed humana,

hasta consumarme en viajero amargo

en este otoño sombrío,

casi masculino,

casi tristeza,

                                    Eternamente.

6/11/1996

Badajoz

18 julio, 2023

 

Tu voz penetra mi corazón de sal

y espero la noche frente a la ventana.

 

¡Esta serenidad que invade la certeza

de saber que también para otros la vida

fue igual de difícil;

                                               esta comunión repentina

de los cuerpos que transitan la ciudad

con la totalidad del mundo;

este aliento incendiado

que se derrama por la intimidad

de la alcoba y enturbia

lechosamente

la serena soledad de mis huesos…!

 

Despreocupado

                                               Liberado

                                                                                   Libre

siento una alegría infantil.

Veo pasar a la muchedumbre

y no la llamo.

Permanezco

en la ventana

sin renunciar a mí mismo

ni a seguirte amando

con engañosa autenticidad

y creo ser feliz.

 

Amo las cosas,

tal vez ame la idea de las cosas

y a personas

o sólo

la idea

de personas, la imagen

pura y simple

de un gesto abandonado en el tiempo,

desgastado por dulces ojos irreprimibles.

 

Amo

y prolongo el ardor

de amar inseguro,

tal vez perdido

en la confusión de la carne.

 

Ni siquiera

la descomunal violencia

que se agolpa en los racimos de uva

apaga tu voz,

ni el mundo

fuera

es capaz de invadir

esta calma redonda,

esta harmonía divina.

 

Ya van llegando puntuales

las luciérnagas

de neón

y en su mensaje descubro

un labio indeciso: es la tierra

prometida, la serenidad rugosa

del olivo emergiendo del agua

y del pico de Paloma asustada

bebo el aceite ritual

y pongo el mar a tus pies.

5/11/1996

Badajoz

17 julio, 2023

 

Este frío ácimo devoro

y con paciencia quiero

ver cómo se yergue,

cómo asciende por el río,

por los dedos y navega

las arterias,

                                    las calles

apaciguadas

la voluptuosidad

                                               y el miedo

de no poder más…

 

Comulga

                        acaricia

fieramente mi corazón

y flores de escarcha cubran tus manos.

 

Entonces recuerdo,

me abrigo el alma

y me preparo

para pasar el invierno

llorando por ti.

29/10/1996

Badajoz

16 julio, 2023

 

Miro

la casa

que tu miras

y ya no

es la casa que veo

sino la casa

que ves

y habitas.

 

Mis ojos

anémicos y prominentes

ven

transcurrir las estaciones:

un invierno agrio

una primavera seca

un verano invernal

un seco otoño.

 

¿Será que la vida es

una locura o voy

yo

            siendo el retrato

de un hombre agonizante?

 

Vuelvo a mirar.

 

Desde los reflejos de la sala

vienen inhumanas noticias

de los hombres,

escombros profundos,

abismos

abiertos en las fachadas,

aceras ardiendo como

protestas sangrantes,

vertederos como glaciares

que avanzan

hacia el centro

y pasan por ti

con una señal

fría

sonriente

de eternidad

oculta bajo los párpados.

 

Miro y sé

que a pesar de cada cena

retrasada

y del asco y el

remordimiento

hay niños

que mueren

sin

lágrimas,

hay ojos

que penetran

sin entender,

ángeles quizá

imperturbables

que imponen silencio

 

¡Y todo me penetra

el alma

después del cuerpo!

 

Así traspasado

por estos gritos impasibles

me olvido de la muerte

y comienzo

de nuevo a revivir

mis versos nocturnos

antes

que el dolor

de este camino

me encallezca el corazón

y sea incapaz de ver

la casa

que ves

y habitas

y donde te absuelve

mi frágil humanidad

mi humana paciencia

mi humano amor.

29/10/1996

Badajoz

[El tiempo de la amargura]