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19 agosto, 2023

“Esbozo del placer del guionista” (quemando sus cromos de "El Aprendiz de Brujo")

 En el primer acto una mujer colorida, que es madre

de cuatro hijos, gime doliente ante su cocina recién estrenada.

Preguntada por la causa, responderá apenas que siente

frío y poca o ninguna ilusión

por las ventajas de la vitrocerámica

o el misterio de las microondas.

 

¡Culturalmente excesiva! —Dice el común del sentido.

¡Nada chocante, y manoseado

el concepto de la reivindicación de la banalidad!

—Dice mi imaginario promotor,

que además odia a Warhol y dice

no entender el Pop Art.

 

Pasa un autobús abarrotado de gente

—se nos olvidaba decir que llueve y no es que sea

casualidad o segundas intenciones, sino que realmente llueve—;

pasan varios más y dejan desiertas las calles.

 

Al fondo de una gran avenida,

en un primer plano que acerca la luz de un gran luminoso

brillan cegadoramente los escaparates

del mundo despreciado de los supermercados,

montañas de juguetes sobre más juguetes,

una pirámide de mazapanes en segundo término

y un Papá Noel en segundo término.

 

¡Mundano y excesivo! —Grita mi

desesperado promotor, mientras el

cheque de fin de año y la cena se baten en retirada.

Dejo que llegue al umbral de su Volvo flamante,

pienso incluso que sería capaz de dejar

que se montara y desapareciese, y…

 

Alzo la mano.

                                   Ante un grupo

de gente miserable apoyada

en la pared, en cada yema

de los dedos permito que lea

el componente sensible de la palabra,

los diálogos de dos amantes en actitudes

indecorosamente íntimas,

y en los últimos parágrafos

la arenga definitiva y la promesa

de perseguir y exterminar la poesía bulímica

y saciar su afán de belleza

con un buey

                                   sanguinolento

devorado por sí mismo.

 

Así he recobrado el cheque y ganado

la satisfacción de la versatilidad.

Desde la pared me sonríen

y en la complicidad de los gestos y miradas

rubricamos la reconciliación de las calles

y los naranjos urbanos y decidimos

invadir y asaltar el gran supermercado.

23/12/1996

Salamanca

18 agosto, 2023

LA ARQUITECTURA DE LOS SENTIMIENTOS


 (Para Consuelo Conde)

No te confinas al espacio de la casa

y de cuerpo insumiso y figura

angustiada partes en busca de un ramo

de glicinias,

                                    ignorante

de que la materia primordial

del universo no es el óleo

—¡También Dios es pintor

y el hombre imperfecto!—.

 

Cuando la noche se avecina

con su negra luz nítida y suave,

bajas a la perra al descampado,

ese animal mimético que adora las naranjas,

porque temes por su vejiga y después

vas a cuidar a dos ancianos

sin consistencia física, por los que no temes

nada y recibes la ayuda que sustenta

la casa, anima el cuerpo y compra

los lienzos de las glicinas veladas.

 

¡La arquitectura de los sentimientos

no es tan sólida como parece!

 

Al regresar a primera hora yo

ya no estoy.

                                    Sé que las paredes

te señalan ferozmente con su dedo

y que tal vez solloces fingiendo

el dolor que quizá sientas.

 

Extraes de la cafetera un sabor obediente,

lavas de tus ojos los restos de mujer

devorada por una visión infernal

que a veces en la duda te acompaña

y en otra inocencia de recién nacida

liberas al animal apremiante

y lo guías al solar.

                                               También

hoy ha llovido y tu reflejo en el agua

parece los restos de una muñeca

estropeada por el tiempo.

23/12/1996

Salamanca

17 agosto, 2023

ANIMAL SCRIPTIONIS

 

Mañana peregrino vago y errante

galoparé por las palabras

con paso bruto

                                    de caballo indómito

y en la violencia de la violencia

asaltaré tus pensamientos

para reconciliarme con tu propia memoria.

 

Tal vez me digas que no son modales,

o, incluso, que es indiscreción,

soberbia, y que no respeto

las virtudes de la fragilidad.

 

Yo sólo podré pedirte perdón

por los destrozos y decirte

que las indecisiones del tiempo

sobre las rocas y el hierro

han propiciado este hermoso desorden.

 

¡Yo no

                        quiero desoír

la sinfonía de los elementos!

 

¡Quiero

                        uncir a sus poros

los últimos hilos frágiles

de la civilización actual!

 

¡La palabra escrita evocará

el nacimiento

                                    del misterio

y del silencio!

                                    ¡La palabra

evocará la piedra,

                                                recreará

el hierro,

                                    la carne

                                                                        y sus señales!

 

¡Es este un alfabeto

de prodigios

para la comunicación universal!

18/12/1996

Badajoz

16 agosto, 2023

AFRODITA DORMIDA ES VENERADA POR EL POETA

 

Tus senos reposan durmientes

como un fruto esperando

ser recogido.

                                    En el interior mágico

de una mano tal vez te despojes

de tu envoltorio vegetal y terrestre

y te enseñes como diosa desnuda

descendida a la tierra de los hombres.

 

Aquí, ante las palabras

que encaminan

las primeras

horas de la madrugada,

no quiero

la serenidad deseable

que otros anhelan.

 

No quiero

la reorganización

del desorden del mundo.

 

No pretendo

la seducción

de las piedras y de los monumentos

antiguos.

 

                        ¿Qué sabría yo,

común mortal,

del amor y de sus manifestaciones

si no hubiera besado

tu cuerpo

                                    e invadido

tus minuciosos hábitos de vida?

18/12/1996

Badajoz

15 agosto, 2023

LO QUE HOY TENGO PARA CONTARTE

 

(A Paloma González Prieto)

 

Te miras en el espejo

y una vez más no te gusta

tu pelo, una diminuta

arruga en el extremo de la sonrisa

o el reflejo de un pensamiento rápidamente

desdeñado.

                                    No es este un cristal mágico

que refleje lo visible o invisible que te rodea,

sólo lo que reconoces de ti misma.

 

Le haces un guiño cómplice a la mujer

reflejada

                        y das media vuelta.

 

Por la noche, vestida de negro,

eres un opaco tejido, y vas

a los lugares donde alargan la cabeza,

mediáticos y consumibles, centenares

de bohemios repentinos, gente

que tal vez tampoco le guste su pelo,

que tiene amores, odios y pasiones,

hombres anónimos transportando consigo la vida.

 

Pero eso no te perturba y tú bebes

un cáliz de Rueda y te obstinas en defenderte

del futuro, aunque no perteneces al mundo

de los incrédulos.

 

A veces vas al cine o a algún concierto,

pero el espectáculo que vives por dentro

entre equilibrios y desequilibrios

no apaga el brillo de una ausencia

corporificada

                                    y el fluir de las horas y de los días

cincelan en tu humor ese antiguo

temperamento conservado hasta el más diminuto detalle.

 

A la salida buscas

                                                un café y una explicación

tal vez inmaculada, o apenas cenicienta

y otra vez entre la muchedumbre eres

pasajera fortuita de un vacío

bello e inquietante.

                                                            ¡Una vida así

es una vida de interiores!

 

Incluso cuando te apoyas en una mesa

de café frecuentado y la camarera se demora,

entiendes y perdonas, y el libre

y lúdico reposo de los muslos

a la vista de todos regalado

es un gesto consabido que delata

el pudor de las emociones.

Tu rostro se oculta en metáforas

propiciatorias

                                    del destino al que volverás el lunes,

y si de repente un grito agudo intenta profanar

el centro de una antigua montaña

que se hurtó a tu memoria

y que ya apenas se revela en tus sueños

evocando un cuerpo ausente,

ese cuerpo con voz violentamente enmudeces.

 

Así vences los fines de semana.

Así rescatas una convivencia

que prima por su objetividad.

Así traspasas el límite

temporal de uso y te conviertes

en una heroína frágil,

sin olivo,

                                    aunque a lo lejos

amenace continuar este diluvio.

 

 

18/12/1996

Badajoz

14 agosto, 2023

BÉSAME OTRA VEZ, AMOR

 

Nuestras escenas de amor no transcurren

en Casablanca, ni nos despedimos

en un aeropuerto, y la única canción

que se repite en el piano nada

tiene que ver con los recuerdos.

 

Nosotros nos amamos en nuestra casa,

sobre la mesa de la cocina, la misma

mesa en que consagras los alimentos;

nosotros nos amamos arrojados

en el suelo como formas

líquidas en busca de un recipiente,

y por los meandros de la casa,

perdidos en los límites habituales,

campeamos desnudos por las cosas

y bajo nuestro peso los objetos cambian

de sentido.

 

                                    Abrimos los ojos

a la ausencia del paisaje

como si mirásemos tras la ventanilla

del metro un túnel oscuro y veloz,

y nuestra casa es la entraña del movimiento

como podría ser una catedral

y tú y yo la religión que en sus altares

se propaga.

 

                                    Por las hornacinas,

en las actitudes difusas de los amantes,

nos reconocemos en infinitas variaciones

y no nos agotamos en nuestros cuerpos derramados.

 

Tenemos como estímulo el desafío

a los objetos adormecidos

y por todos ellos vamos arrojando

la violencia de los movimientos,

el espasmo.

 

                                    Incluso después

de abiertas las ventanas al aire matinal

de la ciudad, de furtivo sentir

cómo un hálito de muchedumbre

profanó los zócalos recónditos

por los que desnudos pisamos,

la presencia sensual de tu cuerpo

en mi cuerpo se halla contenida

en todos los objetos palpitantes,

en el espacio despojado de la luz

frágil,

                        de una fragilidad sumisa,

casi abandono.

 

                                                Los domingos

me arrodillo ante ti y abrazo

tu boca como un relicario

en el que deposito el sabor, el tacto,

los sentidos, la deliciosa mancha

de las substancias prohibidas, como

si el sacrificio de un cordero.

 

Sabes que a la mañana siguiente

voy a partir y que no me gustan

los reencuentros breves. Por eso

te pido que me beses otra vez.

 

Y en nuestra violencia de adultos

la casa se reconstruye desmesurada y paciente.

 

17/12/1996

Badajoz