22 junio, 2023
Comienza el tiempo de la amargura:
A esta hora ya
declinante
despierto solo, sin
ti a mi costado doliente
y algo me atraviesa,
de súbito
se torna ausencia
absoluta
y yo abro los brazos
y sangro
como un cristo
crucificado.
Miro por los
ventanales como la lanza del día
va en su cenit y saco
a la calle
la voz exasperada y
sin pudor grito,
pido, ruego, suplico,
imploro.
No me importa usar
las habituales palabras
ni ofrecer a todos un
espectáculo miserable.
Salgo a la calle,
desnudo en pos de las últimas súplicas,
demandando en la
transparencia de las puertas
el íntimo rumor que
precede a tus alas.
Y desespero.
En la
angustia descubro
que soy capaz de
estremecerme,
que me conmueve esa
falsa adolescente
con su diábolo rojo
frente a las escalinatas de San Juan,
que me turban los
transeúntes en fiestas,
de semblante alegre y
un instante generosos.
Me siento a su
espalda, bien frente
al sombrero que
reclama en silencio y aún vacío
y apoyo la cabeza en
la piedra
como si fuera tu
regazo.
Voy sosegando al
tiempo que me reconcilio
con todos los que
miran la función
o mi desnudez, tanto
da.
Una niña se acerca a
saltitos
y deposita, ¿cuánto?
Después viene otra
y antes de que todos
huyan calle abajo,
aquél de la barba que
con la mano
en el bolso
acariciaba la duda de un café
paga lo que miró y se
aleja sin volverse.
¡Da rabia mirar hacia
atrás!
Deshecho el corrillo,
la falsa adolescente
y yo nos reflejamos
en el escaparate de los grandes almacenes.
Me ignora con descaro
mientras recuenta
una a una las
voluntades.
Voy hasta el Liceo. En
la mano
derecha arrugo un
papel que alguien
se ha empeñado en
darme.
Entro y camino por la
plaza
de esta ciudad
sombría.
Miro sus cuatro lados
y pienso
que mi casa no tiene
menos
nieblas que esta
ciudad invernal.
Busco arriba, no tu
presencia,
como podría
sospecharse que querría decir,
sino sólo la altura,
la liberación de la piedra,
y veo pasar una nube
desabrida
y en su lomo la idea
de un domingo a solas.
¡Ojalá tuviera esta
mano que levanto
otro dueño que por mí
iniciara el tiempo,
desgarrara ese cirro
adverso
y sobre este paisaje
abrupto y hostil
derramase el sabor
nupcial de la lluvia!
Contemplo el puño en
alto, apretado,
mientras la rabia me
refresca el alma,
cómo clama, como
arroja reproches,
más de silencios
hechos que de palabras
y después vuelvo
sobre mis pasos,
me digo que sin
ninguna nostalgia,
pero las escalinatas
de San Juan están vacías
y en el suelo
únicamente una moneda diminuta
por la que nadie se
agacha
y que da una
melancolía discreta a este final.
13/09/1996
Salamanca
21 junio, 2023
No eres hombre
mujer
no eres
tan
sólo un pedacito de cielo
adormecido.
Pero no es verdad
que
los peces te mutilasen o tal vez
las
prisas de Isis y no
puedas
ahora masturbarte
con
las palabras habituales
que
ya no ofrezco en el confesionario.
¡Tampoco
aceptaría la penitencia
de
inmolarte este sagrado mosto!
¡No
pienso volver a sentarme
en
las escaleras de tu templo
allí
donde el precio del sudor humano
es
más barato que el sudor animal!
Rechazo
la vaguedad
indigna
de un ser superior
y
en este verano que ahora
llegó
violento, proclamo
ser
tu enemigo más cruel,
el
que ha de recorrer
cada
noche tus sendas secretas,
devastarte
el deseo
hollarte
la sed
del
tiempo purificado.
Todas
las cosas murmuran
misteriosas
revelaciones:
Tú
eres
un
silencio de presagio
que
cubre la ciudad,
la
noche que se hace noche
¡qué
pensamientos!
¡qué
miedos!
¡qué
desdenes!
Yo
soy
el
fundador y destructor
de
los imperios del mundo
la
piedra inminente
bajo
la cual
el
letargo de la carne
¡qué
vestigios!
¡qué
señales!
¡qué
huellas!
evidentes
de haber sido amado.
30/05/1996
Badajoz
[El ángel metálico]
20 junio, 2023
Huyo de este inquieto insomnio
rasgado
aún por fragmentos apenas
imágenes
insensatas
y
en la ventana me inclino
desmesuradamente
abierto al aire
como
cuerpo ahogado que volviera
a
la superficie.
Miro sin ver
el
rumor vago de la lluvia
y
sin pensar apagarse los tejados,
sofocado
de silencio, y abro
todos
los sentidos
como
si no hubiera oído bastante del mundo,
este
que de nosotros se ríe injustamente.
Desde
los barrios más lejanos
apenas
se adivina una pulsación inaudible
y
otra vez el silencio que se derrama
desde
las calles más altas.
La
ciudad es como si no existiera,
como
si una mudez universal
triunfase
sobre las diarias tareas rituales.
22/05/1996
Badajoz
[El ángel metálico]
19 junio, 2023
Desde otras páginas
me reclaman inacabados
pedazos de ti
y yo me entretengo
en inventarte desnudeces nuevas
en las que clavar los ojos
y la madera:
tus pechos son un mar oval,
a él llegaré al alba
agotado, herido, pero feliz;
tus manos un grito redimido,
ante su aviso plegaré mis velas
y entretendré las olas con antiguas rimas
hasta ablandar los espinosos roquedos;
tu espalda el caos más profundo de cada instante,
en ella me afianzo y aprieto los muslos
y con atabales y clarines proclamo:
este ahora río que dentro de ti
corre, invisible, es el mundo
que quiebra a toda la gente.
En él sumerjo esta palabra.
¡Ojalá ella te hiera
solemne la carne
como si dijera cuchillo,
daga o rayo que anhela
beber y ser bebido.
¡Él aspira al regreso!
¡Yo tan sólo a esta incansable devoración!
Febrero de 1990/21-05-1996
Badajoz
[El ángel metálico]
18 junio, 2023
Nada es real:
te encuentro y te pierdo
en las mejores palabras
que no escribo,
en las mujeres que amanecen
en mi mano después
de dormidas,
en el sexo triste y manual
de fórmulas para ahuyentar
las horas de insomnio.
Esta noche de vinagre
oscuro puedes
entrar silenciosamente
en el corazón de mis versos, arañar
las pequeñas inverdades,
los secretos y misterios
que otros guardan en armarios cerrados.
Yo sí,
te ofrezco la vanidad
de los temores, la apariencia tenue
de mis deseos al mismo tiempo
opacos y transparentes,
los murmullos, las miradas, las risas,
objetos impúdicos que pierden el sentido
jadeando imparables, amarrados a mí,
dúctiles como una luz
que del cielo
fatigada
cae.
Felizmente no soy capaz
de despreciarme a mi mismo.
Febrero de
1990/21-5-1996
Badajoz
[El ángel metálico]