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29 julio, 2023

 

Recorro cada semana el amargo

artificio de la vida y entre nosotros,

como una presencia imaginaria, pero

tangibles, van apareciendo las

montañas, el frío desabrigado

de sus cumbres, los árboles, el ocre

de su sangre oxidada por un Noviembre implacable;

 

las carreteras, su serpentiforme modo

de alejarnos;

                                    las casas, las ventanas

de las casas con sus moradores todos

juntos transpirando un triste sueño dolorido;

 

los espacios vacíos infinitamente

y los repletos de aullidos.

                                                           Alguna

mano rencorosa puebla este paisaje

de ciudad perdida y yo voy por esta

trivial prueba de fuerzas escribiendo:

 

En un verso las montañas y el frío

en otro los árboles en otoño, las sendas

y esta casa y aquella otra, invitado

a recorrer las distancias del espacio

y del tiempo, diluyéndome

en cada regreso y en cada partida.

18/11/1996

Badajoz

[El tiempo de la amargura]

28 julio, 2023

EL CHULO

 

Este negocio abandonado

lleva el premonitorio rótulo

de "Desguaces Melli".

                                                           En su umbral

está sentado como si fuese un trono

y vigila como Dios desde su séptimo

y eterno descanso sus posesiones recién creadas.

 

Trae consigo una cortina candorosa

y pide un cigarro, la hora, un saludo

quizá rendición o pleitesía

adoración no a las almas desprevenidas.

                                                                                   Parece

frágil, más frágil en su forma

temblorosa de sentarse y esperar

los vientos de la prosperidad.

 

Sólo cuando el semáforo se abre

y la fila desaparece, se le asoma

a los ojos un ápice de resentimiento,

apenas una debilidad de Dios cansado.

 

En las noches locuaces dice

ser guardián de todos los deseos

y cuando se levanta y desaparece

tras los muros encalados a la hora

en que la ciudad es apenas

un robo de calles,

                                               violadas por mi mirada

van incontables historia de silencio,

tras su recelo y desprecio del mundo

le siguen, cautivas, mis ansias,

mis gestos, mis alegrías y el temor

de que realmente sea Dios

y un día despierte vengativo.

18/11/1996

Badajoz

[El tiempo de la amargura]

27 julio, 2023

 

(A Luis Alberto de Cuenca)

 

Te escucho decir tus poemas

mientras la lluvia me lava

los sentidos, la misma lluvia

bajo la que he venido presuroso.

 

Sé que esta noche escucho cruel,

casi exigente o perverso

                                                           y no voy a tolerar

que alguien pase lista a mis delirios.,

que quiera sorprender si asiento

en alguna metáfora dolorida

o carraspeo un resto de emoción

tras el despliegue de tus héroes,

los míos, diez años después.

 

El ave del paraíso cruza este cielo

azul de bóveda remota e inteligente,

te escucha también decir que

con los poemas entregas tu voluntad

a la arquitectura y a la experiencia y

 

finalmente me nombras tu amigo

en una dedicatoria.

                                               Todos los que me conocen

se han ido y yo levanto la mano y digo adiós, ¿a quien?

por tratar de hacer ver que alguien

sabe de la urgencia de inventar un saludo

 

Y bajo por las orillas del arte

respirando la misma lluvia

que me trajo y te oyó decir tus poemas

hacia la noche y me equivoco de camino.

 

No importa, nadie iba a sentir piedad.

Todos se habían ido sin esperar.

18/11/1996

Badajoz

[El tiempo de la amargura]

26 julio, 2023

 

Entrego este paseo al acaso

deambulando por donde muestra la noche

sus primeras señales de gloria.

Voy por las desiertas paredes de la ciudad

erguida con muros desolados,

oliendo a lejanas mezclas de metal

y seducción.

 

                                    Me demoro

en el alarido atroz de un ventanal

y me veo mirarme en el reflejo

errante de un hombre asombrado,

que me llama masticando con lentitud

una voz corpórea y confusa:

 

¡Oh tú, me dice, que detestas la civilización moderna

y no prescindes de las máquinas,

tú que escarneces las horas punta

y la consagración de los hombres

en muchedumbre centenaria,

e hipotecas a los tuyos para poseer

un pedazo de esta bóveda sin cielo.

Tú que naufragas en el cáliz

amargo de la soledad compartida,

tú que tejes tus días de restos

de la gente real con que vives,

para un instante y respóndeme:

 

¿qué lucha te conduce

al corazón subterráneo de la piedra?

 

Yo miro mis sandalias de bronce,

observo mi túnica en la que persisten

delatoras manchas de tinta negra,

negra es también la cabellera

que con un gesto lánguido aparto de los ojos

dejando ver los tejados oscuros,

las puertas cerradas, las calles vacías

y respondo:

 

                                    Tal vez haya enloquecido

a orillas de este río y estremezco

y se estremece el viento, hasta

sus ojos llega mi estremecimiento.

Estoy vivo y tengo una herida

y me encuentro universalmente solo

cuando las aves del invierno todavía no han llegado.

 

Quizá no alcanzo la revelación de las cosas,

tal vez no encuentro en este cofre de almas

la desnudez suficiente, un sexo

industrial para saciar mi carne

y por eso me arrojo al lecho de las palabras

abandonado por el Dios inventor

para el que ninguna muerte es posible.

 

Ahora a través del cristal veo gente

en las mesas, camareros afanosos,

sedientos marinos, mujeres de todas las razas,

tatuadas y a la vez desconocidas,

algunas de una belleza indecisa

casi tentadora, casi belleza

y no quiero entrar.

 

                                               Vuelvo sobre mis pasos

por las mismas calles irregulares

del azar al que he entregado la voluntad.

 

13/11/1996

Badajoz

[El tiempo de la amargura]

25 julio, 2023

 

 

Para José Aurelio Luna,

en ella.

José niño huye

a Egipto

y juega al escondite

dentro de sí mismo.

Al anochecer se recoge a casa

pero nada quiere

saber del Dios de la palabra.

 

Se orina ruidosamente

haciendo alarde

quizá de su idiotez

—¿Será verdad?—.

 

Quizá nunca llegue

a ser feliz

o al Nilo.

El tamaño de los ríos

no es importante

para quien resiste

a las tentaciones de la carne

o a las leyes de la vida.

12/11/1996

Badajoz

[El tiempo de la amargura]

24 julio, 2023

UN PUENTE AL FINAL DEL OTOÑO

 

Las prostitutas del Puente de la Constitución

reciben las heridas

tras la Alcazaba desierta y solitaria

a cambio de un bien antiguo.

 

A veces se acercan a mi ventanilla

y me preguntan qué busco.

 

¡Una pendiente despoblada

de hojas al final del otoño!

 

Después sonríen desdentadas

y a mí me dan pena

porque las veo alejarse

con los muslos llenos de cardenales

y sé que nada han entendido.

11/11/1996

Badajoz

23 julio, 2023

 

A quien

me quiere retener

susurro

el instinto

de las manos

                                    irreprimibles

sobre su risueña

piedra.

 

A quien

                        consolar

su rostro dormido

y un murmullo de lágrimas.

11/11/1996

Badajoz

[LOS ESPACIOS RAPTADOS]