Sugiéreme que esta noche no habrá estrellas
Leda de silencios y temores,
que voy a necesitar tu nombre
para al alba encontrarte en mis buenos días,
que este verso subordinado al tiempo
es rito de tu rubor
y no fruto de otoños y ausencias.
Sugiéreme más, sugiéreme imposibles,
piedras y hierro, llantos y nada;
pero rompe los exordios del mar
y creemos otros índices labiales,
porque nunca abriremos ese libro
y el pretérito hemos de inventarlo
entre tactos de otra espera
y seremos más allá del aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario