Quebrar la calma de estas páginas
blancas, hacerlas torrente en
este otoño
sin frutos, grito en las mañanas
silenciosas aún no despiertas
y después de horas cosidas a
mano
y mordeduras, cuando ya no tenga
deseos, cuando ya no tenga
pasiones,
cuando ya no tenga instinto,
dormir
entre
tus brazos
líquidos y frescos.
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