Porque soy débil
mendigo tus labios.
Y después de cada beso
puedo gritar y gritarme
que si así es la pobreza
quiero andar descalzo
entre los relojes
y vestirme de ti
cuando el frío me venza.
Porque me quieres
y lo callas sin ritos,
porque me mantienes despierto
y me naces todos los días
puedo y quiero ofrecerte
la flor de todos los sueños
que bajo mi pupila abierta
y desde siempre dormita.
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