Hoy hay catorce velas
sobre tu lápida
y no sopla el viento.
Pero no temas.
Yo agitaré los ramajes
del árbol de los recuerdos
para que el sol no te queme
y abriré de nuevo
las ventanas de tu aniversario
sin que el llanto empañe
los cristales de la ausencia.
Ellos creen que no me acuerdo
y yo prefiero guardar silencio
inventando entre los dos
los secretos que nunca tuvimos.
Más tarde tal vez suba
hasta las gigantes escuelas
y te espere desorientado
en los estériles caminos.
Ahora voy a poner una flor
sobre tu viejo retrato
y después volveré a pasear sin ti
por estas calles que ya no te conocen
No hay comentarios:
Publicar un comentario