Ábreme los brazos
Lisboa
y
acúname por esta noche
entre
Alfama y el Barrio Alto.
En
tu seno marino
y
profundo quiero olvidar
que
antes de ti hubo
otras
patrias y otros sueños.
En
tus trágicas esquinas
han
de nacer mis hijos
y
repartir sus manos
por
las canoas del Tajo
como
una voz victoriosa
como
un signo de gestas
que
no he de compartir
más
que con mis huesos
con
mi piel y tantos años
tantos
ritos de amargura.
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