Perenne de
sonidos
el otoño es doloso
y tu cara de hermano silente y león
una herida en el agua.
Las negras hojas que vas pisando
no cuentan para los aniversarios.
Tres reflejos ondulantes
son el recuerdo de un viaje
con la planta desnuda
y no sé nada del mundo
y tú aprendes de mi dolor.
Si ahora el cuerpo
necesita de tu vientre
y acallo las manos en memoria
sé que no hay nada
que teja lo hablado
mientras no exista el olvido
y mi vocación de músico
sólo se expresa con palabras.
25/06/1983
Salamanca
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