Los que vivimos recordando
nos atropellamos en el presente
sin que los semáforos de la carne
desoigan el labio de la rutina.
¿Acaso no hay cuatro rostros
en el vientre de los sueños?
Espera
y
desenmascaro la noche
con tu hijo desgarrado
para huir a los cantos griegos
de un retorno didáctico.
30/11/1982
Salamanca
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