Después de mucho pensar
en los diccionarios del amor
se introdujo la palabra exilio,
se erigió una estatua sin manos
y se le dio nombre a una plaza.
¿Cuántos se rompieron la cabeza
averiguando cuántos dedos
podría tener una caricia
o si los relojes no envejecen
al sumergirlos en la prisa?
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