Somos un eterno singular,
hijos a hierro
de la paciencia.
Paseamos estas calles
siempre de noche
y volvemos al linaje
con la misma piel ausente
de la víspera extraña.
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
Somos un eterno singular,
hijos a hierro
de la paciencia.
Paseamos estas calles
siempre de noche
y volvemos al linaje
con la misma piel ausente
de la víspera extraña.
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