Con los dientes apretados maldigo
este terceto que invoca en la noche
el fantasma que nos acosa el tacto.
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
Con los dientes apretados maldigo
este terceto que invoca en la noche
el fantasma que nos acosa el tacto.
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