A la sin par Pilar Vázquez Cuesta
Mis ojos,
es cierto, son castaños,
la piedra dura,
el tiempo veloz,
la carne apetitosa
y otras trescientas verdades
que deposito en la pira franquicia
de la voz trémula e irritada.
No hay mácula deleznable
en este incendiar
reposados y vetustos sillones
repletos de obsesivos anecdotarios.
Sólo iridiscente greda
que ataje la caduca saliva
de un apellido difícil.
16/01/1985
Salamanca
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