Cuántas veces te esperé
venir del cielo
estrellado,
cuántas noches,
cuánto frío,
y cada vez te ibas
más lejos,
cada alba más abajo.
Yo tenía sesenta años
y tú estabas muerto.
20/02/1983
Salamanca
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
Cuántas veces te esperé
venir del cielo
estrellado,
cuántas noches,
cuánto frío,
y cada vez te ibas
más lejos,
cada alba más abajo.
Yo tenía sesenta años
y tú estabas muerto.
20/02/1983
Salamanca
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