Sentir el
aguardiente
bullir en el alambique
era dialogar con las cepas
de un hombre recio y sonoro
mientras Dios iba a mi lado
hacia la fiesta del olivo.
18/02/1983
Salamanca
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
Sentir el
aguardiente
bullir en el alambique
era dialogar con las cepas
de un hombre recio y sonoro
mientras Dios iba a mi lado
hacia la fiesta del olivo.
18/02/1983
Salamanca
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