No me
halaga
esta soledad de muchedumbres.
No me duerme
saberme intranquilo.
No te blasfemo despierto
ni me convence
dejar de esperarte
cuando más anhelo la vida.
4/02/1983
Salamanca
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
No me
halaga
esta soledad de muchedumbres.
No me duerme
saberme intranquilo.
No te blasfemo despierto
ni me convence
dejar de esperarte
cuando más anhelo la vida.
4/02/1983
Salamanca
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