¡Si tuviera otra vez sesenta años
y no saber lo que hoy
sé!
Volvería a descansar
las imperfectas voces
y a caer en la
imposible
muerte de los
plurales;
y si recapacitar en
el triunfo
me aceleró la
ofrenda…
a tener las manos
vacías
para colmar
—mujer—
de nada tu mesura.
28/01/1983
Salamanca
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