Sumiso a
tu cuello
andará el pasado descalzo
llorándote los pechos
del dolor que ya no siento,
y de una remota Grecia
o ayer fue Lisboa,
se negarán las velas
a encender el viento
que te encumbre a la luz.
Delante de la piedra
se habrá la muerte
vestido de hombre
para visitarte las ingles
con el luto de la aventura
y publicar que otro sexo
te escribió sobre el mar y la luna
el eviterno saludo
de un para siempre
labio sombrío.
25/01/1983
Salamanca
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