Las noches en que llevé
la desnudez en la
mano
y un inmenso labio
de cal narcisa,
tampoco supe qué
palabra
me prohibió
incendiarte,
ni qué vana memoria
me negó el rencor.
27/01/1983
Salamanca
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
Las noches en que llevé
la desnudez en la
mano
y un inmenso labio
de cal narcisa,
tampoco supe qué
palabra
me prohibió
incendiarte,
ni qué vana memoria
me negó el rencor.
27/01/1983
Salamanca
No hay comentarios:
Publicar un comentario