¿Quién soy?
Despierto
de esta muerte pasajera
con
una piel insensible
a
la luz metálica, a las sombras.
Lejos
de mi otra patria
sólo
hay racimos de bilis
y
porque odio la amargura
cultivo
el estribillo de tus labios,
ese
repleto de silencios
donde
tu voz no existe,
donde
el contacto fugaz
es
la cópula de nuestras almas,
porque
el otro es una escarcha,
un
rocío vespertino.
Acércate
un poco más.
Casi
podemos tocarnos.
Un
poco más todavía.
Ya
eres mi piel.
Ya
soy tu sonrisa.
Nos
reímos de la distancia
y
quemamos los minutos
entre
abrazos de charol
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