Como una
asfixia de pechos
agresivos me inundas el sueño
de albas repentinas
y trópicos salobres.
Me precedes silenciosa
por las eternas barandas
sembradas de maíz
y me esperas allí donde
la sombra es una risa.
Todas las tardes sueño contigo,
todos los versos desembocan en ti.
También el mar
es el sueño de la niñez.
30/04/1983
Salamanca
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