Cuando
quiera darme cuenta
habré vuelto a atarte
con un cáñamo de voces
y prendido a tu cuello
una granítica ilusión.
Pero si te empujo a las cloacas
del hombre y la memoria,
regresa otra noche
a ladrarme las manos.
Entonces tú serás
para siempre mi perra
y yo tu lecho de agua fiel.
10/03/1983
Salamanca
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