"Muerdes
una manzana y la manzana existe.
[…]
y
me das la manzana mordida que muerdo"
Gabriel Celaya
Rompí el
silencio de los versos
para que en un ritual
de labios encendidos
naciera tu nombre
de las mil formas del barro,
para poder pronunciarte
de piel adentro
y amarte con la palabra
con el tiempo sumiso
y el fruto de tus pechos impacientes.
Hoy sé ya ocultar
la luna y el mar,
crecer a tu sombra y esperar la noche.
19/12/1982
Salamanca
[Abecedario incompleto]
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