Hoy os he buscado
en la cópula de la palabra
—hombres de libido acústica—
y os llevó la muerte
entre arañas y rosas rojas
para que viaje al epitafio
de la añoranza,
para
condenar
los negrillos de ramaje adulador
y desgarrar la duda
hasta que el orgullo
os vista la piel
de anhelo y distancia,
hasta que la palabra
sea hierro candente
y os escandalicen los ojos
mil acuarelas sencillas.
Hoy he detenido las aceras
para convencer que bajo el asfalto
nace otra raza de hombre sonoro
repartido en el aire
a ráfagas regaladas,
fruto del amor
y de una mujer de vientre lunado.
Finales de 1982
Salamanca
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