Veo un tucán
sobrevolar occidente
con sus vivos colores
y lo dejo marchar.
Hubiera
podido pedirle las alas
el pico y todo su alimento
una pluma
para escribir
la comedia humana
pero lo dejo marchar
y en el gesto suspensivo
de su aleteo
que nadie ve
me invita
a seguir creyendo
en hombres
y tucanes alados.
18/12/2018
Salamanca
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