Dios de
los perros sin nombre,
¿qué necesita mi ladrido
para que bajes al agua
y me arranques de la orilla,
del ancla del silencio?
26/02/1983
Salamanca
"La facilidad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante". MURIEL BARBERY: La elegancia del erizo. Seix Barral, p. 117.
Dios de
los perros sin nombre,
¿qué necesita mi ladrido
para que bajes al agua
y me arranques de la orilla,
del ancla del silencio?
26/02/1983
Salamanca
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