Este suelo
que desde la luz
cobija muertos llorados,
enmarcó una historia familiar,
eterna memoria de cadáveres,
para que el recuerdo de los nacidos
obligue las piedras a la flor
y el agua al círculo boreal
de otra lágrima de ausentes,
de otro elogio de cenizas.
Convénceme de que los armazones
de esta urbanidad pueden dejar de
crecer.
Mi estatura alcanza los áticos
desde los que la vida es más fácil
y no hay índices ni caminos
renunciados,
pero he de saber el horizonte,
he de volar la mirada
sin mármoles que llorar.
…?-Salamanca
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