Si alguna
noche
bebí lejos la amargura
de envejecer sin ti,
desperté al alba
sobrio de recelos
y no había en mi mesa
labios que desayunar.
¿Puedes ahora
quemarme los ojos,
si soy una voz de perfil ancho
y no hay sexo que pueda herir?
10/02/1983
Salamanca
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