(Para Paco Bringas)
Tal vez una mano de pasión arrebatada
empuñe hoy el hierro afilado de
una palabra
y talando las ramas altas de tu
tamarindo
arroje a las llamas con su leña
todos los jirones del mundo y
sus retratos.
Así con el tronco
desnudo para la próxima
y definitiva marea,
sin otros recuerdos que te
invadan
tejes finalmente guirnaldas para
cuando la barca parta
lanzar al mar engaños, cóleras,
remordimientos, fuegos oscuros,
decepciones, manías conocidas,
amores de otros tiempos y todas
las cosas inútiles y más amadas
que has rescatado del rastro
en las mañanas de los domingos.
No son muchos los hombres
que enfrentan lo real mudado
antes de quemar
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