Aquellos que andan
descalzos
no pueden
dejar que los zapatos
vayan a donde quieran
y sin resistencia
peregrinan
tras los cabestros
que a diario
inpunemente
arrastran
su única idea:
¡Son animales!
¡Pero
cuidado!
¡Tal vez no
del todo mansos!
¿Qué hago entonces?
¿Tiro la piedra?
¿Y si después no encontramos
la justa argamasa
o las palabras
para reconstruir
el templo?
07/03/2019
Salamanca
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