Quiero volver a
aquella terraza
de la calle de El
Grillo
y desde ella ver
la catedral
y verme partir a
lo lejos
despidiéndote
de regreso a casa
cuando la luz
inquietaba las calles.
Yo era joven y
salía de ti
devorado hacia la
indiferencia
de los hombres y
su universo lleno
de enigmáticas
intenciones.
Después
durante aquellas mañanas
abiertas por
todos los poros
vivir era apenas
un símbolo
un tributo
necesario a la fisonomía
de tu lírica
complacencia.
Hay muchas
maneras de recordarte
pero tu torso
joven en aquella ventana
aplacando con la
mano el tenebroso
camino de regreso
anticipó siempre
esta travesía
confiada y satisfecha
destinada a la
memoria soñadora.
20/03/2018
Salamanca
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