La esculpida
desnudez
de un mármol
hermafrodito
ofuscándome los
ojos.
Ese es el gesto.
No apartes
la mirada para
que siga
existiendo. Al
fin y al cabo
somos ángeles
terrestres
sin alas, sin
paraíso
ni mayores
ambiciones
pero con secretos
palpitantes
y empuñamos los días
como un timón
en un mar trémulo
rumbo al cuerpo
anunciado.
29/01/2018
Salamanca
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